ENTREVISTA   A  
LEÓN  GIECO




En  Propuesta  Nº  13 -  Enero  de  1979 











Cantar las cosas 
del que cantar no quiere



 _______________________________________________________________________________________




Esta entrevista a León Gieco fue realizada en diciembre de 1978, en el Centro de Artes y Música, por dos miembros del staff de Propuesta: Alejandro Correa y Silvio Winderbaum. Daniel Molinari fue el fotógrafo.

Por entonces Gieco regresaba de un viaje por varios países y estaba preparando su cuarto álbum con nuevas canciones, muchas de cuyas letras fueron publicadas como anticipo en la misma edición de Propuesta. Muchas de ellas se transformarían en las más emblemáticas de la carrera de León. Tal el caso de Sólo le pido a Dios, que contaba por entonces con una estrofa que León menciona en el reportaje, y que finalmente no hizo parte de la versión definitiva. 

Otras letras reproducidas fueron las de Cachito campeón de Corrientes, El croto, La historia esta, Bajaste del Norte, Dulce hija de mi imaginación, Los inmigrantes, Continentes en silencio, Las dulces promesas, Los solos, El pervertido, Cada día somos más, Mil gaviotas muertas, A veces mi pueblo azul es gris, y A la luz del día.



_______________________________________________________________________________________





León Gieco. Hablar de él es hablar de música sencilla, de letras simples que hablan de las cosas que vivimos cotidianamente. Es quizás esta característica lo que lo hace prender tanto en la gente, como en una época prendió (detractores al margen) Sui Generis.

León es un tipo –a diferencia de otros músicos locales- muy ubicado en el presente, plenamente conciente de las cosas que pasan tanto a nivel musical como en otros planos. Su público –como él lo dice- no son solamente los jóvenes. A sus recitales va gente de todas las edades y todas las posiciones sociales. Su música va más allá de los estrechos límites de un rótulo, encerrarla en un casillero (como puede ser el de “folk”) implica no ver que la realidad del hombre, el sentimiento y la canción no tienen fronteras, salvo las que imponen (como a él le ha pasado) la realidad.

El reportaje lo hicimos en el escenario (sí, con la sala vacía y en el escenario, a pedido del fotógrafo) del Centro de Artes y Música, poco después de que León regresara de una gira por el interior. La charla arrojó como resultado la imagen de un tipo sensible y sincero, además de la nota y el anticipo de los temas de su próximo LP, que publicamos en esta misma edición.







LA  GIRA  AL  EXTERIOR




- ¿Por qué te fuiste? Contanos qué estuviste haciendo.


- Fundamentalmente, fui a buscar nuevos mercados. Con dinero que había ahorrado el año anterior me fui primero a Colombia, donde la compañía grabadora ya había editado tres LP míos. Allí hice más o menos veinticinco programas de radio, y tres de televisión, y eso volvió a realzar la venta de los LP. De allí fui a Caracas, donde el productor conocía mucho de rock argentino (Almendra, Manal, Los Garos, Arco Iris), y ahora está tramitando la aparición de un LP mío. En México también salió un LP y en Costa Rica se editó un simple y un LP. Después viajé a Los Ángeles, donde me hice amigo de un productor que me apioló de todos los yeites con los cuales se maneja EE.UU. que es el mismo con el que está tramitando Gustavo Santaolalla. Allí también hice “auditions”, que son como pruebas que hacés tocando gratis ante el público, en lugares que son como cafés pequeños, con muy buen sonido. En Michigan, finalmente, toqué dos o tres veces en ámbitos universitarios. Luego salió una gira por Argentina, y fue allí donde participé en el Festival de la Genética. También realicé actuaciones en Córdoba y Rosario. Después volví a Michigan y grabé un video tape para TV, que gustó mucho, y estoy esperando respuesta de todo eso, porque allá interesa el material en castellano, y hay muchos latinos. Los tipos te reciben super bien, con tal de que toques con seriedad y convicción.

Luego me fui a Europa: estuve en España y entregué material, lo mismo que en Roma. Allí, de editar, tendría que grabar las voces en italiano, así que estoy viendo la posibilidad. Ahora, luego de los carnavales, tengo pensado volverme a ir. Quiero seguir viajando para establecer todos los contactos posibles. Como balance del viaje, lo más importante es que se me achicó el mundo y tengo noción de cómo se manejan en otros países.



- ¿Cómo es la mano musical en EE.UU.?


- A nivel venta de LP, a nivel movimiento, y a nivel difusión, es exactamente lo mismo que acá: los medios están copados por la música comercial, y el rock atraviesa por un bajón. La gente añora la década pasada.







EL  ROCK  NACIONAL 



- ¿El rock es un producto de consumo?


- Producto de consumo es lo que se vende. Yo pienso que los Beatles fueron uno de los productos de consumo más grandes que existieron. El rock, por supuesto que es un producto de consumo. La intención de las grabadoras es vender LP, inclusive los nuestros entran en catálogo. Mi primer long play, que salió hace siete años, todavía se sigue vendiendo.



- Yo lo veía con relación a todo el proceso que se viene dando con el rock acá…


- Lo que pasa es que era una cosa minoritaria, al principio minoritaria del todo. Era un grupito: la gente a la que le gustaba el rock se vestía distinto, tenía el pelo muy largo, y que sé yo. Eran capaces de encontrarse dos melenudos y saludarse por la calle aún sin conocerse, como diciendo “estamos en la misma”. Pero ahora ya pasó a ser una cosa consumida por distinto tipo de gente. Inclusive, te digo que mis long plays los compra también gente grande. La situación es distinta a la de aquella época. Ahora, hay cuatro grupos que son populares, y hay todo un sector de grupos que no pueden grabar. Las compañías contratan a un artista cuando ya llena el Astral o el Coliseo. Todo tiene altibajos: hubo una época en que a los recitales iba el máximo de gente, y momentos como éste, en que la gente no va.



- Te lo decía por esto: por ejemplo, al principio, el rock era una cosa que estaba fuera de las pautas de consumo, y ahora está como más metido en eso…


- Claro. Ahora, por ejemplo, no existen ciertos prejuicios, y aparecemos en revistas como Radiolandia, y otras no especializadas, cuando antes, aparecer ahí era un quemazo… Acá en la Argentina se hizo muy popular el movimiento, a partir de que Sui Generis hizo su recital de despedida. Nadie pensaba que iba a llenar dos veces el Luna Park. Eso fue como un envión. Pero ahora el envión se terminó.



- ¿No te parece que el hecho de haber logrado masividad significó un bajón de calidad?


- No. A mí me parece que cuando la cosa se hace más popular es porque el músico está concientizando mejor todo. El público, de golpe, entendió realmente lo que estaban haciendo los músicos…



- Te hago la pregunta por lo siguiente. Vos sabés que normalmente cualquier grupo comercial graba un LP, y si con ese les va bien, después sacan cinco más que son iguales, lo que significa que…


- Sí, pero con el rock no pasa eso, porque a nadie le da el cuero como para fabricar una canción y decir: “esta canción la voy a hacer para vender”. Todos sienten culpa por eso. Los músicos que hacen cosas serias dentro del rock, no fabrican canciones. Todos esperan la inspiración. Es como un envión emocional… Yo cuando termino de componer una canción tengo que salir a caminar alrededor de la cuadra, unas seis o siete vueltas. Ahora sí, hay muchos que se dedican a fabricar canciones y les ponen un estribillo totalmente comercial para que la gente se acuerde de él; eso ocurre aquí, y en EE. UU., por ejemplo, a granel.



- Pero a vos te parece que en el rock, eso no pasa…


- No, para nada.







LAS  LETRAS



- Últimamente, han surgido muchos grupos que hacen música instrumental, y que tienen un gran nivel técnico: sin embargo, pareciera que no tiran ninguna onda. En cambio, por ahí hay algún grupo que técnicamente es modesto, pero tiene temas con letras que te dicen cosas muy importantes…


- A mí me parece que en nuestro movimiento de rock, siempre escasearon las letras buenas. Ya ves lo que pasó con Sui Generis; ellos aparecieron cantando canciones que hablaban de los sueños y situaciones de un determinado sector de gente, que se copó totalmente.



- ¿A qué atribuís esa escasez de letras?


- No sé a qué atribuirlo. Ocurre, por ejemplo, que en los avisos que aparecen en las revistas de rock siempre se piden guitarristas, bajistas, pero nunca letristas. Pareciera que a los tipos que forman conjuntos no les preocupa mucho la letra o la composición… De todos modos, la parte literaria es muy importante para llegar a la gente; yo te puedo decir, por ejemplo, que las letras que hablan de vivencias cotidianas son mucho más populares que las que hablan de cosas espaciales o abstractas.








LA  GENTE



- Vos sos un tipo que con tu trayectoria y por tus canciones tiene cierta influencia en la gente. ¿Cómo sentís vos esa responsabilidad de saber que las cosas que vos decís son las que la gente va tal vez a ejecutar?


- Hay veces en que estoy en el escenario y pienso: “Qué poca cosa que estoy dando”, aunque después me aplauden y siento que lo que hago es muy bueno porque por algo me aplauden. Yo compuse una canción para el cuarto long play que dice: “Sólo le pido a Dios / que el esfuerzo no me sea indiferente / de ser yo quien estaba nombrado para cantar / las cosas del que cantar no quiere”. Me gusta que la gente me identifique con lo que canto. Me siento bien.



- ¿El rock es sólo una música o es una forma de vida?


- El rock es más que una música, es un sentimiento. Y el sentimiento es escuchar la música, la letra, usar un determinado tipo de ropa, el pelo largo…



- ¿Cuál sería la forma de ver las cosas de un tipo que está en el rock?


- Para responderte mejor, puedo hablar de la imagen que yo tengo de mis recitales. A mí, generalmente, me van a ver estudiantes. Pero a veces voy a lugares pobres, que se caen de última: soy capaz de bajar el cachet para ir a tocar a un lugar. Y cuando veo a la gente que al día siguiente tiene que levantarse temprano para ir a trabajar, se me borra totalmente la imagen de un tipo de vida de rock. Y cuando toco en el Luna Park esa imagen florece nuevamente. Yo toco para muchísimos tipos de gente y de todas edades. A mis recitales va gente de cuartenta años, de quince, de nueve…








LEÓN Y EL CHAMAMÉ




- ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Qué pensás hacer en lo sucesivo?


- Estoy por grabar el cuarto LP, y componiendo nuevos temas. Personalmente descubrí el chamamé. Siempre me gustó como ritmo, y como temática. Es optimista, es lo contrario del tango. El tango dice: “Se me fue la mina, me clavó el puñal”, y el chamamé dice “se fue la mina y me consigo otra”. (Risas). Aparte, yo nací en Santa Fe, donde se consume mucho chamamé.



- ¿De qué hablan las nuevas letras?


- Del campo, como siempre, porque voy a tener siempre el campo dentro de mí. Todavía me sigue gustando ir al campo y pasarme diez días solo, componiendo.



- ¿Seguís tocando solo con la viola?


- Sí, todavía no gasté todas las armas que tengo para tocar solo. Creo que voy a seguir así todavía por un año, más o menos.



- ¿Quién va a tocar con vos en el LP?


- Quiero llamar a Charly, Nito, Alfredo, Moro. También quisiera grabar con Dino Saluzzi y con Pollizzi.



- ¿Te parece que el rock se acaba con nuestra generación?


- Puede ser que el rock como palabra, como rótulo, se acabe. Pero la música seria siempre va a subsistir, se llame como se llame. Yo, por mi parte, pienso seguir haciendo música siempre. Quiero, como Atahualpa Yupanqui, llegar a los setenta y cinco años y seguir cantando.





Reportaje: Alejandro Correa y Silvio Winderbaum

Fotos: Daniel Molinari